España es el país donde más gente vive en altura, dos de cada tres personas; y por tanto, el cual posee más ascensores per capita del mundo, casi 20 por cada mil personas según datos de Eurostat. Según la legislación vigente, los ascensores se deben revisar cada cuatro años en edificios de más de 20 viviendas o más de cuatro plantas. Es la comunidad de vecinos o el administrador de fincas quien debe solicitar la inspección cuando llega el momento.
En 2016 se produjeron en España 136 accidentes leves por causas técnicas y otros 146 por el uso indebido del ascensor, ninguno de ellos mortal según la Federación Empresarial Española de Ascensores (FEEDA). Existen empresas autorizadas para hacer las inspecciones y, si aprecian alguna incidencia, la comunidad tiene un plazo de seis meses para solventarla.
La posibilidad de sufrir un accidente mortal en un ascensor es, aproximadamente, del 0,00000015% según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos. La mayor parte de los accidentes relacionados con un ascensor suceden a trabajadores, tanto del sector como de la construcción. Asimismo, en la UE se da la paradoja de que los accidentes mortales afectan más a usuarios particulares que a trabajadores, pese a que en número de accidentes, los profesionales copan las estadísticas.
La principal causa para un accidente de este tipo es que el pasajero se caiga al vacío del túnel si al abrir la puerta del ascensor no se encuentra el mismo. Éste se soluciona poniendo una cerradura. Por otro lado, también puede suceder que el pasajero, especialmente los niños, se quede atrapado entre la puerta de acceso y el ascensor en el momento de acceder a él. Cabe decir que es casi imposible que ocurra ya que las nuevas directrices de instalación ya regulan distancias reglamentarias entre la cabina y la puerta de acceso.
Otro posible fallo es que se efectúe una mala maniobra de rescate en la que el pasajero quede atrapado al querer salir o se caiga al vacío. La teleasistencia garantiza un protocolo de salvamiento en la que este caso no se puede producir. Podría suceder que se produjeran electrocuciones o golpes en la sala de máquinas, por no tener la sala de máquinas en condiciones y/o con objetos que no deben estar allí.
También es posible que se produzca un golpe en los extremos superior o inferior por fallo de los límites de seguridad, cosa que se supera con un paragolpes en las condiciones reglamentarias. Otra posibilidad es que los cables de tracción del ascensor resbalen sobre la polea al estar gastadas las gargantas de la misma. Este riesgo se soslaya con un adecuado programa de mantenimiento.
Los ascensores disponen de paracaídas y éste podría no actuar en la eventual caída de la cabina, al ser cortados los cables de tracción o que patinen los mismos, y que el ascensor caiga a una velocidad un 20% superior a la nominal.