El repartidor de costes es un pequeño dispositivo que se instala en la superficie de los radiadores y que permite medir con precisión lo que gasta cada uno. Se utiliza en instalaciones con calefacción central para medir el consumo individual de cada radiador, permitiendo así que cada vecino pague sólo por lo que consume.
La contabilización individual de consumos en instalaciones centralizadas es una medida de ahorro y eficiencia energética. El cabezal termostático electrónico de cada radiador permite regular el caudal de agua que circula por él. Para poder regularlo es necesario que la válvula de éste sea termostatizable.
Los repartidores de costes se colocan en cada radiador y recogen parámetros que cada cierto tiempo transforman en consumos reales, en términos económicos o de energía. Con una inversión baja se puede ahorrar hasta un 30% en la factura de calefacción, ya que pagarás solo el consumo de calefacción tu vivienda.
Para su instalación el primer paso es realizar un estudio de la caldera del edificio. Hay que evaluar parámetros importantes, que se tendrán en cuenta a la hora de calcular el reparto de costes entre los inquilinos del inmueble: potencia calorífica, fabricante, modelo acumulado de agua caliente, etc.
El principal objetivo del repartidor de costes es realizar un reparto más justo, conocer el consumo de calefacción y pagar sólo por el consumo de su vivienda. Para ello controla la temperatura de cada radiador durante el tiempo deseado y es posible realizar todas las funciones de manera local o remota.
La contabilización individual de consumos permite reducir un 25% el consumo de calefacción y la instalación de repartidores de costes de calefacción y válvulas termostáticas permitiría ahorrar el equivalente a 8 meses de consumo de energía eléctrica de una vivienda tipo.